El blog de la memoria
10 claves para aumentar tu reserva cognitiva y cerebral
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Nuestro estilo de vida puede marcar en gran medida la reserva cognitiva y mental que tengamos al llegar a la vejez. Mantenerse activo, no dejar de estudiar, de leer, de aprender, de vivir nuevas experiencias, y viajar, así como evitar ciertos hábitos que lo dañan, son algunas de las claves para que nuestro cerebro envejezca saludablemente y sea más resistente.
La buena noticia es que podemos establecer una serie de hábitos para contribuir a que nuestro cerebro tenga una mejor capacidad para compensar los daños que puede sufrir en la vejez, aumentando así nuestra reserva cognitiva y la reserva cerebral:
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Sigue estudiando
No te vamos a pedir que superados los 60 años estudies un Grado aunque, si es eso lo que quieres ¡adelante! Pero a tu cerebro le sentará muy bien que intentes adquirir nuevos conocimientos para que se mantenga activo. Para ello puedes apuntarte a clases de informática, de idiomas, o incluso aprender a tocar un instrumento.
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Lee cada día
El periódico, una revista, una novela, o artículos de tu interés; cualquier publicación es buena para alimentar a tu cerebro.
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Disfruta de actividades de ocio
A tu cerebro también le sienta bien que te diviertas realizando actividades de ocio que te permitan estar y hablar con otras personas, conocer nuevos lugares, aprender a realizar nuevas tareas, etcétera. Sin duda, viajar está entre las actividades top ten beneficiosas para tu cerebro, porque conocer nuevas culturas siempre resulta enriquecedor.
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Plantéate nuevos retos
Nos referimos a pequeños propósitos que puedes marcarte en tu día a día, es decir, acciones sencillas como elaborar una receta nueva, o completar poco a poco ese puzle de tu ciudad preferida que tanto te gusta.
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Juega con tus nietos
Además de disfrutar de ellos y divertiros juntos, si compartís juegos de mesa, echáis unas cartas, u os enfrentáis en una partida de ajedrez, por ejemplo, estaréis activando vuestro cerebro, algo que resultará beneficioso, tanto para ti como para los pequeños.
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Anímate a hacer cambios
Sal de tu rutina diaria; no sigas todos los días los mismos pasos, e intenta buscar alternativas, cambia la forma en la que realizas tus tareas del hogar, el camino hacia la panadería, o la ruta de transporte para ir a casa de tus amigos. Cualquier cambio en tu día a día es un estímulo para tu cerebro y ganarás en agilidad mental.
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Sigue una alimentación cerebrosaludable
Para ello en tu menú semanal no puede faltar el pescado azul al menos una vez a la semana, así como los frutos secos naturales (un puñadito diario) y el aceite de oliva virgen extra para asegurarte una buena dosis de ácidos grasos omega 3, ya que este nutriente alimenta a nuestro cerebro. También es importante que consumas alimentos con antioxidantes, como la mayoría de las frutas, especialmente los frutos rojos, y las hortalizas de color rojo, naranja y amarillo.
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Realiza algún tipo de ejercicio
El que más te guste, caminar, montar en bicicleta estática o elíptica en casa, ir a clases de mantenimiento físico, nadar, bailar, o simplemente llevar al parque a tus nietos (puede ser más duro que una clase de spinning)…, lo importante es que te mantengas activo cada día. Si es posible, realiza esta actividad con otras personas porque el contacto con la gente también es beneficioso para nuestro cerebro.
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Duerme adecuadamente
Para ello es importante que lo hagas en las horas apropiadas, es decir, por la noche, y una pequeña siesta –no más de 20 minutos– tras la comida. Y es que dormir a deshoras cambia nuestro ritmo circadiano, lo que impide que descansemos correctamente, algo incompatible con una buena salud mental. Si te cuesta coger el sueño por la noche, pon en práctica las recomendaciones de higiene del sueño, y si aun así tienes problemas, habla con tu médico.
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Relaciónate con otras personas
Además de hablar con tu familia y amigos, intenta establecer nuevos contacto para aumentar tu círculo de relaciones. Siempre tienes algo que aprender de otras personas con quienes seguramente hablarás de temas menos comunes, o los trataréis desde otro punto de vista; es decir, nuevos estímulos que obligarán a tu cerebro a pensar, y a estar atento y concentrado.